En los últimos años, el boom económico que vive nuestro país ha generado un crecimiento inmobiliario que involucra nuevas viviendas, oficinas e industrias. En paralelo ha surgido entre los empresarios una mayor conciencia frente al impacto ambiental y de calidad de vida que esto ocasiona.

¿Cómo enfrentar, desde el punto de vista medio ambiental, el desarrollo inmobiliario y de nuevas industrias? ¿Hasta qué punto la ciudad puede seguir creciendo en cemento, en detrimento de la calidad de vida? ¿De qué manera creativa podemos resolver el déficit de áreas verdes y, al mismo tiempo, ofrecer soluciones eco amigables en espacios diversos?

Estas son las preguntas que se hacían hace cuatro años la arquitecta Lorena Moscoso, la ingeniera ambiental Denisse Ikeda y el administrador, César Meza. Con esas preocupaciones en mente y teniendo en cuenta las últimas tendencias mundiales en cuanto al desarrollo de arquitectura sostenible, estos jóvenes profesionales lanzaron al mercado “Gania Cubiertas Vegetales”, una empresa especializada en la arquitectura, paisajismo e implementación de techos verdes y jardines verticales, quienes además son miembros activos del Perú Green Building Council.

“Han pasado solo cuatro años, pero se hace cada vez más tangible la preocupación de las constructoras por implementar techos verdes y jardines verticales, como una solución que aporta no solo en el plano estético o de imagen, sino también en ofrecer una mejor calidad de vida y una mejora medio ambiental. Cada año duplicamos la instalación de cubiertas vegetales. Ello es una muestra que esta es una solución que gana adeptos”, asegura Denisse Ikeda.

Sin embargo, la implementación de cubiertas vegetales no se circunscribe solamente al mercado inmobiliario; ya son muchas las empresas que han notado que estos espacios generan un mejor ambiente de trabajo, reducen el estrés diario y aumentan la productividad, compensando la falta de áreas verdes.
“Cada vez son más las firmas que implementan buenas prácticas de gobierno corporativo. Los grandes inversionistas exigen reportes de sostenibilidad que superen lo financiero y se enfoquen también en ejes como el medio ambiente. En ese sentido, la cantidad de áreas verdes que una empresa implemente ya no es exclusivamente un tema de responsabilidad social”, nos dice César Meza.

“El desafío para los próximos años es convertirnos en socios de nuestros clientes para la implementación de huertos orgánicos. Aquello que es hoy considerado un beneficio exclusivo para las empresas y grandes constructoras se puede convertir en un modelo colaborativo, que involucre a los trabajadores de estas y sus familias; esto podría significar el inicio del camino de Lima hacia una ciudad sostenible y de primer mundo”, finaliza Lorena Moscoso.